El segundo capitán noiés reconoce también que “echo de menos el día a día con mis compañeros, la competición y los entrenos con mis niños”.
Este 13 de abril de 2020 se cumplía un año del empate en Burela que sacaba a los noieses del descenso después de prácticamente toda la Liga ocupando esos puestos. Un punto luchado en “un partido bonito pero en el que sufrimos mucho”, afirma Pizarro, jugador del cuadro noiés, por el nivel de un rival que se jugaba el ascenso. “Veníamos de una dinámica muy buena y conseguimos un empate fuera de casa contra el líder de la categoría que nos ayudó mucho tanto en la clasificación como en la moral de seguir luchando para la salvación”, recalcaba.
El ocho blanco tuvo mucha “culpa” en el buen hacer blanco, anotando dos tantos de los tres logrados por su equipo. “Lo importante era sumar para seguir con la buena racha que llevábamos y así fue”, confiesa Pizarro, orgulloso también de meter dos goles ese día “en momentos claves, pero lo importante fue el gran trabajo que todo el equipo realizó para conseguir aquel punto”.
Y si hoy recordamos este día es por la crisis sanitaria que nos priva disfrutar de lo que debiera ser la actualidad. “Todo el mundo tenemos ganas de que esto pase pronto”, declara Pizarro, que a la vez reconoce que “echo de menos el día a día con mis compañeros entrenando, la competición de los fines de semana y también los entrenos con mis niños de la escuela”, pero se muestra consciente de que es tiempo de “estar en casa y ayudar para que todo esto se acabe antes y así poder volver a vivir grandes partidos como el de ese día”.
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